En éste blog, traemos un gran contenido para las emprendedoras, de la mano de una de ellas, que lo disfrutes:
Siéntate derecha!
Arréglate la blusa!
No te rías tan fuerte!
No te compres eso!
Y así… nos acostumbramos a recibir órdenes dentro de un marco social donde inferimos que nos lo dicen “por nuestro bien” o “porque nos quieren” pero, poco a poco fuimos perdiendo ese control sobre nuestro criterio o la integridad de decidir lo que nos gusta, lo que queremos hacer, cómo queremos disfrutar o simplemente, a qué queremos dedicar nuestra vida.
En términos de nuestro desarrollo profesional, tampoco ha sido la excepción:
Usa blazer y pantalón.
Usa colores neutros.
No contradigas a tu jefe.
Sonríele a tu cliente.
Esa profesión no es para una mujer “de su casa” y así… pare de contar.
Incluso, cuando llegamos al punto de conectarnos con nuestro propósito y tomamos la decisión de hacer un STOP, de salir del mundo empresarial tradicional, de renunciar a una relación de dependencia, de convertirnos en nuestras propias jefas y managers de nuestro negocio, seguimos recibiendo comentarios del estilo:
Para qué se arriesga?
Cómo se le ocurre soltar su sueldo fijo?
No le parece que va a descuidar a su familia por su negocio?
Y entramos en un profundo dilema donde nos cuesta equilibrar nuestras aspiraciones y sueños, los deseos de crear una comunidad empresarial que aporte algo a la Sociedad y le deje un legado positivo, que genere fuentes de empleo y abundancia para nosotras, para nuestros colaboradores y bienestar para nuestros clientes…. pero todo eso de repente se ve atenuado por ese gran “qué dirán?” o por la búsqueda constante de aprobación de ese entorno que nos quiere perfectas en vez de felices… y muchas veces con la mejor de las intenciones.
En ese momento es que debemos demostrar más que nunca que somos capaces de desarrollar 3 habilidades, dones, aptitudes o como lo quieran llamar para tomar la decisión correcta:
- Qué nos dice nuestra intuición? Cómo me veo? una gran líder? parte de un equipo de líderes? haciendo un show y recibiendo aplausos? O haciendo bien mi trabajo de forma silenciosa?. Armando mi propio negocio? O creciendo feliz dentro de una organización que me aprecie? Qué me dice mi voz interna?
- Manos a la obra! La perseverancia, resiliencia y foco de la mujer ha demostrado no tener límites… y es el momento de sacar esta capacidad al máximo. Crear un plan, establecer horarios, establecer métricas y tiempos. Cómo sé que voy avanzando? Cómo me percato de que estoy estancada? Qué hago para reactivar mi motivación si eso pasa? Cómo establezco una disciplina que me ayude a asegurar que cumplo mi plan? Cómo me compenso a mí misma en lo que voy consiguiendo pequeños logros.
- Empatiza para innovar. Las mujeres tenemos la capacidad de comprender, escuchar con atención y sentir empatía por nuestros semejantes con una facilidad orgánica y natural. Déjala fluir para poder identificar qué necesita tu cliente (emprendas o no) y así crear opciones disruptivas que te permitan apoyarle y resolver su problema de forma rápida y eficiente para que te diferencies entre la competencia. La clave de la innovación sustentable está en nuestra capacidad de adaptar nuestros negocios, estrategias, productos, servicios a las necesidades cambiantes de nuestros clientes… y siendo mujeres, es algo que se nos puede dar con gran facilidad.
No todas nacimos para ser grandes investigadoras, deportistas, artistas, gerentes o emprendedoras. Cualquier rol u ocupación es valido y respetable, siempre y cuando nos mueva las fibras, nos motive a ser mejores personas cada día, nos permita crecer y desarrollarnos para poder dejar una huella beneficiosa en nuestro entorno. No es cuestión de emprender porque TENGO que emprender… o emplearme en una empresa porque es lo “ideal”. Es aprender a escucharnos, entendernos y conectarnos con nuestro propósito y construir con esfuerzo y mucho trabajo ese camino que nos dará felicidad no necesariamente por la cantidad de dinero en la cuenta al final del año, sino por cada sonrisa, cada aprendizaje y cada aporte que tuvimos el gusto de vivir en el día a día.
El Dilema no está en el Ser o no Ser. La pregunta es: Cuándo vas a empezar a ser tu mejor versión?
Con amor.
Mariangel
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